El feminismo no quiere imponer un matriarcado basado
en la violencia contra el hombre, como ha sido el
patriarcado hasta ahora. No desea dejarlos sin voto, ni
violarlos en las guerras, ni mutilar sus genitales en pro de
una tradición cultural, ni confinarlos en el ámbito
doméstico, ni quiere matarlos por adulterio. El feminismo
no pretende que los hombres sean propiedad de sus
madres y luego de sus mujeres, ni desea que los hombres
cobren salarios más reducidos, ni tampoco querría
desterrarlos de las cúpulas de poder mediático,
empresarial y político. No quiere traficar con cuerpos
masculinos para el disfrute de los femeninos, ni desea que
los niños varones estén desnutridos o abandonados en
orfanatos, ni, por supuesto, promovería su marginación
social o económica. Tampoco vetaría que los niños varones
pudiesen ir a la escuela, ni les prohibirían el acceso a la
sanidad y la Universidad. Comprendan que eso es una
locura que no promueve el feminismo.
Coral Herrera Gómez